Ruki Bastiansz, de la sede corporativa de Vaughan, recaudó 3.500 dólares para comprar alimentos no perecederos destinados a los necesitados de Sri Lanka. Con las donaciones, pudieron comprar productos secos como arroz, lentejas y conservas. Los alimentos no perecederos se distribuyeron entre madres solteras, desempleados, viudas y ancianos.